Variedades ancestrales / Cambio climático
El proyecto de recuperación de variedades ancestrales es quizás el más importante que ha desarrollado la Familia Torres durante las últimas décadas. Un proyecto apasionante que no solo contribuye a recuperar el patrimonio vitivinícola de nuestro país, sino que constituye una posible solución para adaptarse al cambio climático. Hace más de 35 años, Miguel A. Torres inició la búsqueda de cepas que hubieran sobrevivido a la filoxera. Hoy, la quinta generación, liderada por Miguel y Mireia Torres, está impulsando con fuerza este proyecto con el objetivo de elaborar vinos basados en la singularidad y autenticidad, que transmitan nuestra historia y diversidad vitivinícola. De las más de cincuenta variedades de uvas ancestrales que ha logrado recuperar la Familia Torres, seis muestran un gran potencial enológico y aptitudes para afrontar las altas temperaturas y la sequía. Son: Forcada, Moneu, Gonfaus, Pirene, Querol y Garró.
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El proyecto de recuperación de variedades ancestrales es quizás el más importante que ha desarrollado la Familia Torres durante las últimas décadas. Un proyecto apasionante que no solo contribuye a recuperar el patrimonio vitivinícola de nuestro país, sino que constituye una posible solución para adaptarse al cambio climático. Hace más de 35 años, Miguel A. Torres inició la búsqueda de cepas que hubieran sobrevivido a la filoxera. Hoy, la quinta generación, liderada por Miguel y Mireia Torres, está impulsando con fuerza este proyecto con el objetivo de elaborar vinos basados en la singularidad y autenticidad, que transmitan nuestra historia y diversidad vitivinícola. De las más de cincuenta variedades de uvas ancestrales que ha logrado recuperar la Familia Torres, seis muestran un gran potencial enológico y aptitudes para afrontar las altas temperaturas y la sequía. Son: Forcada, Moneu, Gonfaus, Pirene, Querol y Garró.